Trazos de memoria y lucha: Ana Sanclemente transforma la historia en arte gráfico
Ana María Gómez Sanclemente, egresada del programa de Diseño de la Comunicación Gráfica, con su compañera Lida Elena Tascón Bejarano, una doctora en Historia Social para su grupo Historia y Memoria de la Esclavitud: Pedagogía para la Reparación Histórica, fueron ganadores del estímulo Beca de divulgación a través de nuevos formatos gráficos.
Ante el recibimiento del estímulo, Ana expresó que: “me encuentro muy feliz en general de poder ver estos nichos de oportunidad, no solo para disfrutar de mi profesión y poder vivir de ella, si no de poder aportar a mi comunidad. También es muy bonito ayudar a volver realidad proyectos de personas muy inteligentes y que tienen mucho que aportar a la sociedad, como Lida; conocer de procesos tan diferentes al mío y cómo yo como creativa puedo entrar a ser parte de ese engranaje. Finalmente, ¡claro que hay una presión!, siento que se me presenta el reto constante de exigirle más nivel de producción y calidad a mi trabajo, y eso solo se gana precisamente con la práctica que da el quehacer, así que estoy lista para asumirlo”.
Este estímulo fue otorgado por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Icanh, quienes buscan incentivar la producción, divulgación y apropiación social del conocimiento en ciencias sociales, especialmente en antropología, arqueología e historia, pero no exclusivamente de estas disciplinas.
Ana y su compañera recibieron la beca con el cómic Las Indómitas, el cual se enmarca en el año 1831 y trata sobre una adolescente mulata de 14 años, llamada Rudecinda, que es esclavizada por su propio padre y su lucha por liberarse y reunirse con su madre. Estos son casos reales puestos en actas de juicios que datan de 1831 sobre familias y mujeres esclavizadas.
Esta historia en particular fue uno de los casos reales que Lida encontró e incluyó para realizar su tesis doctoral de historia pública sobre mujeres y familias esclavizadas llamada Vida Familiar en la población esclavizada y liberta en la provincia de Popayán, Colombia 1780-1852, en pro a visibilizar la lucha inquebrantable ancestral de mujeres esclavizadas por su libertad y mantener viva la historia.
“Acepté el reto porque desde la visión que abordo con mi trabajo, siempre me ha gustado hacer énfasis en el aporte social más allá del gozo que le saco a lo laboral, como dibujar. Desde que enfoqué mi carrera a ser artista independiente de cómic siempre he buscado proyectos que se alineen con las causas en las que creo y las que apoyo profundamente, como lo han sido el feminismo, los derechos reproductivos de la mujer, las disidencias de género y la comunidad Lgtbq+, las personas desplazadas por la violencia, personas migrantes, racializadas y líderes sociales”, comenta Ana.
El estímulo que recibieron estará en pro a la creación del cómic, desde la creación de guion, de los personajes, bocetos, dibujos finales, diseño y la edición del producto final; además, aportará al plan de divulgación en redes sociales, para hacerlo más visible y que las personas se interesen por la investigación y el desarrollo del cómic.
“Usar el recurso de la narrativa gráfica no solo es refrescante, sino un método amigable con lectores de aprendizajes diversos, como el visual, y con poblaciones más jóvenes. Es un elemento didáctico en las aulas, uno de los objetivos que tenemos es llevar estas historias a colegios y universidades, pero sobre todo genera nueva cultura y consciencia, elementos necesarios para contribuir a una reparación histórica urgente que debemos a gran sector de nuestra población”, menciona la egresada.
Por último, nuestra egresada hace una invitación a nuestra Comunidad Universitaria: “si están estudiando carreras creativas, siempre busquen este tipo de oportunidades, bien sea ofrecidas por gobiernos o instituciones varias, para financiar sus proyectos. Ser creativos independientes siempre se ha pintado como algo de lo que no se puede vivir, y muchas veces las personas renuncian a la creación de proyectos personales o colectivos muy buenos porque no encuentran el tiempo para hacerlos, ya que deben trabajar para poder sostenerse. Sin embargo, existen formatos como este o como las residencias artísticas, especialmente diseñadas para que nos podamos apalancar individual o colectivamente para vivir de hacer lo que amamos”.
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